Un anillo de sello es una pieza de joyería que tiene un uso práctico además de su función decorativa. Al igual que un sello de timbre, puede utilizarse para grabar en cera determinados símbolos que indiquen un remitente concreto o su validez. Antiguamente, los sellos se utilizaban en los documentos para certificar su autenticidad, ya que sólo determinadas instituciones poseían el emblema del sello respectivo. Poseer un anillo de sello era, por tanto, sinónimo de una posición especial y elevada; se consideraba un privilegio poseer una joya tan funcional. La historia del anillo de sello se remonta a los antiguos egipcios, hace unos 4000 años. Con ellos, se conservaba especialmente el escarabajo como símbolo en los anillos, que aún hoy se fabrican en distintos materiales (oro, plata, bronce, cobre, etc.). Un anillo de sello puede fabricarse de dos maneras: O bien se funde a partir de una sola pieza, o bien se ensambla a partir de dos partes (placas y fianza). En cualquier caso, un anillo de sello siempre tiene una superficie plana con un símbolo especial. Este símbolo se refleja en el anillo para que sea visible en la orientación correcta en la impresión en cera. El anillo de sello más famoso del mundo es el anillo del pescador del Papa, que se fabrica como pieza única para cada Pontifex Maximus.
